Comunicacion-Mindfulness

Descubrí a Marshall Rosenberg, el creador de la Comunicación No Violenta, por mi amiga budista Amalasiri. Corrí a comprar su libro “Comunicación no violenta. Un lenguaje de vida” y es una de las lecturas que más me ha asombrado en los últimos años. ¡Quedé boquiabierta! He de confesar que al terminar la última página, cerré el libro y pensé: «Nadir, qué mal te has comunicado con tus seres queridos durante estos años”. Unos segundos después me dije en voz alta (sí, como las locas): “Ahí vas de nuevo, Nadir, criticándote y machacándote a ti misma”. Entonces el asunto terminó con una conversación entre mis múltiples “yo” en la cual me estaba criticando porque me criticaba por criticarme. ¡Ay, ay, ay! ¿Te suena? Me di cuenta, sin mucho esfuerzo, que mi capacidad de hablar y de escuchar distaba mucho de lo propuesto por Rosenberg. Aprender a comunicarse de manera no violenta es un reto que jamás termina porque tienes que estar constantemente observándote a ti misma mientras hablas y escuchas.

Sin practicar la atención plena o mindfulness durante las conversaciones, no es posible comunicarse de manera no violenta con nadie, aunque quieras mucho a esa persona.

De acuerdo con el biólogo Humberto Maturana, «nos enfermamos al vivir un modo de vida que niega sistemáticamente el amor» y yo coincido con él. La comunicación violenta está relacionada con la negación a nosotras mismas y la negación al otro o a la otra. Es difícil de aceptar que hay violencia y maltrato en la comunicación con nuestros seres queridos (hijos, progenitores, parejas, etc), pero es la cruda realidad. Son pocas, muy pocas, las personas que hoy por hoy se comunican sin utilizar juicios, críticas, burlas, intimidaciones o exigencias. Vivimos en un cultura global/local que fomenta todo tipo de violencias por lo que la comunicación violenta nos parece «normal» y la repetimos sin darnos cuenta. El desafío para nosotras es comprometernos en aprender y convertirnos en unas personas no violentas dentro de un mundo que reproduce y legitima la violencia. ¡Ese es el regalo vital que nos ofrece mindfulness!

Ejercicio para aplicar mindfulness a la escucha y el habla

Notar la siguiente tendencia en mí misma: quejarme > criticar > estar a la defensiva > atacar. Esta tendencia (patrón mental negativo/torpe que se repite inconscientemente) no me está permitiendo observar y aceptar un hecho rotundo y real: nada ni nadie está en este mundo para complacerme a mí. Mi apego obsesivo a mis creencias sobre cómo tienen que ser las «cosas» o cómo tienen que actuar las personas y las expectativas que me construyo por aferrarme a dichas creencias son las que me generan sufrimiento. Como vimos en el último Barcelona Mindfulness para Mujeres Meetup: «El dolor puede que sea inevitable, pero el sufrimiento es opcional».

Estrategias

  1. Si no voy a decir nada agradable, inspirador ni constructivo a los demás tratar de mantenerme en silencio.
  2. Si es necesario opinar o responder tratar de participar de una forma más creativa y hábil.
  3. Respirar profundo cada vez que me sienta enojada, frustrada, desencantada, decepcionada, atacada o vulnerable en una conversación, observar qué me pasa realmente.
  4. Inhalar/Exhalar, recordar que: Los pensamientos no son los hechos.
  5. Responsabilizarme de lo que decido hacer con lo que los demás hacen, piensan o dicen.
  6. Inhalar/Exhalar, recordar que: Cada acción tiene sus consecuencias.

Objetivos

  • Cultivar la aceptación, la empatía y la amabilidad.
  • Entrenarme para vivir de una manera diferente mi relación con los demás y con el mundo.

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¡Feliz miércoles, chicas!

Nadir Chacín

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